IDEOLOGÍAS
POLÍTICAS EN ESTE MUNDO GLOBALIZADO
-IDEOLOGÍA
amplio sistema
de conceptos y creencias, muchas veces de naturaleza política, que defiende un
grupo o un individuo. El término fue acuñado por el filósofo Antoine Destutt de
Tracy, uno de los llamados ideólogos que intentó reformar la sociedad
posrevolucionaria mediante una 'ciencia de las ideas' pragmática.
Quizá la
principal característica definitoria de las ideologías del siglo XX sea la
devoción casi religiosa de sus seguidores hacia unas nociones políticas que
consideran absolutamente incompatibles con las de otros sistemas. Este rasgo ha
sido marcado sobre todo en dos poderosas ideologías que tienen una gran
capacidad de captación: el comunismo y el fascismo. Otras ideas políticas como
el socialismo, la democracia y el conservadurismo, aunque defendidos con
pasión, han sido más difusos y menos excluyentes: sus defensores debaten
algunas cuestiones y coinciden en otras.La noción de ideología ha tenido un
efecto profundo sobre la civilización del siglo XX. La mayor parte de los
conflictos modernos, desde la genérica 'cruzada contra el fascismo' en la II
Guerra Mundial hasta las variadas 'acciones políticas' de la posguerra, han
tenido efectos políticos. El ejemplo principal de conflicto ideológico fue la
Guerra fría, en la que los dos oponentes principales (Estados Unidos y la Unión
Soviética) mantuvieron una pugna política, económica y psicológica por imponer
su dominación en todas las zonas del planeta.
-AUTODETERMINACIÓN,
concepto que,
en ciencia política y Derecho internacional público, designa el derecho de los
pueblos a decidir libremente y por sí mismos la forma de gobierno por la que se
regirán, así como el de determinar a qué entidad estatal pertenecerán y, en última
instancia, a constituirse, si así lo desearan, como Estado independiente. Este
último aspecto del principio de autodeterminación, muy relacionado con el
concepto de nacionalismo y con el objetivo de formación del Estado nacional, es
el más sujeto a debate. Es frecuente que cada pueblo posea su propia identidad
nacional y, a menudo, étnica, pero no siempre sucede así. Una nación suele
compartir una lengua, historia, cultura y religión comunes. La formación de un
Estado nacional requiere el reconocimiento de un territorio en el que resida el
pueblo y la formación de un gobierno que administre ese territorio.Por
definición, la autodeterminación, en su sentido potenciador del nacimiento de
un nuevo Estado, implica la consiguiente fragmentación de otro ya existente,
por lo que la reclamación de la autodeterminación suele resultar problemática o
traumática. Así, uno de los factores desencadenantes de la I Guerra Mundial
fueron las aspiraciones independentistas de los pueblos balcánicos. Tras
finalizar dicho conflicto, el subsiguiente Tratado de Versalles, cuyos
principales acuerdos estaban inspirados en los Catorce puntos del presidente
estadounidense Thomas Woodrow Wilson, fue claro en la admisión del derecho de
autodeterminación. Esta tendencia quedó aún más consolidada tras finalizar la
II Guerra Mundial, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su
propia Carta fundacional, reconoció el derecho de los pueblos a su libre
determinación (artículos 1 y 55). Ahora bien, la principal cuestión a debate
desde entonces fue definir qué entidades eran las que quedaban legitimadas para
ver aceptada su reclamación de independencia. Este espacio legal quedaba
reservado por la Carta de la ONU a los pueblos cuyo autogobierno e
independencia no eran cuestionados, en tanto que existía un reconocimiento
jurídico de su situación como pueblos colonizados. En ningún momento era
aceptado, como figura jurídica del Derecho internacional, el derecho de
secesión de pueblos no sujetos a la administración política de potencias
coloniales. El reconocimiento de una secesión sería exclusiva responsabilidad
del Estado afectado. La consolidación de esta situación se produjo a partir de
1960, cuando la resolución 1514 de la ONU concretó el derecho de los pueblos
colonizados a decidir, mediante plebiscito o referéndum, su establecimiento
como estados soberanos. De inmediato se suscitó un fuerte movimiento que
condujo al proceso de descolonización en Asia y África, y que culminó con la
desintegración de los imperios coloniales europeos. Un último episodio de este
fenómeno auspiciado desde la ONU será el referéndum en el que los habitantes
del Sahara Occidental podrán decidir su establecimiento como Estado
independiente respecto del Reino de Marruecos. La guerra de la antigua
Yugoslavia y el proceso de atomización geopolítica de la antigua Unión
Soviética en diversos estados surgidos a partir de las repúblicas que la
integraban, han sido sin duda acontecimientos tras los que latía la
reivindicación de determinados pueblos a constituirse en estados .No obstante,
la autodeterminación no sólo está vinculada al principio de nacionalismo. El
marxismo define la autodeterminación como el principio en virtud del cual el
proletariado puede esgrimir su derecho a gobernarse a sí mismo. La Revolución Francesa
suele citarse como uno de los ejemplos principales en este sentido: el pueblo
francés se rebeló contra la monarquía y la aristocracia gobernantes y, tras
derrocarles, proclamó un régimen republicano.
Karl Marx fue, junto a Friedrich
Engels, el fundador del socialismo científico. Autor del Manifiesto
Comunista y de El capital, ambas obras se convirtieron en el sustrato
ideológico de dicho movimiento, que pronto pasaría a ser conocido por el nombre
de comunismo
-BUROCRACIA
,estructura administrativa y de personal de
una organización. Las entidades empresariales, laborales, religiosas, docentes
y oficiales exigen unos abundantes recursos humanos, ordenados según un esquema
jerárquico para desempeñar unas tareas especializadas basadas en reglamentos
internos. El término se utiliza principalmente al referirse a la Administración
pública. Se usa peyorativamente para denotar pérdida de tiempo, ineficacia y
papeleo.Sin embargo los obstáculos para el desarrollo de algunos países ha sido
la carencia de estas técnicas de organización en gran escala. Por otro lado,
parece ser que las burocracias dan lugar a mentalidades rígidas, a una
preocupación mayor por el reglamento que por los resultados y a otros vicios
que ponen en entredicho su eficacia en contraste con otros tipos de
organización menos sujetos a estructuras fijas y que dependen más del buen
funcionamiento para su supervivencia.Max Weber, el más importante estudioso de
la estructura y principios de la burocracia, identificó las siguientes normas
básicas fundamentales: 1) el funcionariado está organizado como una jerarquía
de mandos, 2) los funcionarios son remunerados mediante un sueldo y no reciben
gratificaciones por servicios, 3) la autoridad de los funcionarios proviene de
su cargo y viene determinada por éste, 4) el nombramiento responde a méritos
probados, no a recomendaciones, 5) las decisiones se toman de acuerdo con unas
reglas estrictas preestablecidas y 6) las burocracias actúan mediante la
aptitud técnica y mantienen un registro de sus actuaciones. Weber consideraba
que las burocracias constituidas de esta manera eran especialmente eficaces
para cumplir con sus funciones, y por ello confiaba en que la burocratización
se extendiera por todo el mundo moderno.Las críticas posteriores a las ideas de
Weber señalaron que pocas burocracias encarnan todos estos ideales y que a
menudo pueden ser menos eficaces que otros tipos de organización. La China
imperial, quintaesencia de la burocracia estatal, estaba especialmente agobiada
por el cohecho y el favoritismo. No obstante, esos seis puntos siguen siendo
una guía útil sobre las características y el sentido de la burocracia. Los
teóricos weberianos que argumentaron que todas las sociedades modernas se
convertirían en Estados burócratas, obligados por la necesidad de converger en
un patrón burocrático único, quedaron desmentidos a finales de la década de
1980 por el colapso de las ineficaces economías centralizadas y por la
deliberada reducción de la burocracia en algunos estados capitalistas.
Jean-Jacques Rousseau estudió diversos
ámbitos de la filosofía social. El contrato social es una defensa clásica de la
forma democrática de gobierno. Rousseau confiaba en la 'voluntad general' de un
pueblo democrático, expresado en el voto de la mayoría, para adoptar las
decisiones importantes. Esta confianza en la mayoría contrasta con las ideas de
los filósofos que defendían los derechos individuales y minoritarios.
ESTADO DE DERECHO
fórmula
relativamente reciente en el Derecho Constitucional, con la que se quiere
significar que la organización política de la vida social, el Estado, debe
estar sujeta a procedimientos regulados por ley. El concepto de Estado de
Derecho culmina una larga evolución histórica cuyos inicios se pueden situar en
los orígenes mismos del Estado constitucional. Es el resultado final de la suma
de una serie de elementos que han surgido en un proceso de lucha y que han
supuesto la ampliación de su base material. Tres momentos fundamentales se
pueden distinguir en su formulación hasta alcanzar el sentido que tiene en la
actualidad. En el primer momento se luchó para que el Estado, personificado en
el monarca y en las instituciones en que se fundamenta (burocracia, ejército y
aristocracia), se sometiera en el ejercicio del poder a formas jurídicas bien
establecidas, reglas generales, dadas con el consentimiento de la
representación de la sociedad (en el Parlamento), discutidas y públicas. En
esta primera acepción supuso ya el reconocimiento de los derechos fundamentales
de los ciudadanos: libertad civil, igualdad jurídica, independencia del poder
judicial y garantía de la propiedad. En un segundo momento, el Estado de
Derecho implicó también la extensión del control judicial a la actividad
administrativa. A finales del siglo XIX se produjo un fuerte debate en torno a
esta cuestión, que cristalizó con el desarrollo de la administración
contencioso-administrativa, encaminada a romper la impunidad del Estado ante
sus propias acciones. El tercer momento se inició después de la I Guerra
Mundial. El concepto de Estado de Derecho pasó a incluir la legitimación
democrática del poder del Estado, que también tiene que estar sometido a norma
jurídica. Por tanto, el Estado de Derecho supone el reconocimiento de los
derechos personales (imperio de la ley), la responsabilidad del Estado y la
legitimación democrática del mismo.