domingo, 20 de octubre de 2013

BOLIVIA, La hija predilecta de Bolívar

BOLIVIA, La hija predilecta de Bolívar

“Hija Predilecta” la llamó Simón Bolívar cuando le explicaron que aquella extensión riquísima de América, de hermosos paisajes se llamaba Bolivia, en su honor. La propuesta fue realizada por el prebístero, Manuel Martín Cruz, en la primera Asamblea Deliberante realizada en Chuquisaca.

Ese querido país situado como un corazón en el mismo centro de América del Sur, fue llamado oficialmente República de Bolivia el 3 de octubre de 1825. Esa vez, Simón Bolívar habló de gratitud, bondad y merecimiento, y señaló que la Libertad estaba arraigada en su propio nombre. En aquella Asamblea, se le proclamó Primer Presidente de la República y luego le sucedió, Antonio José de Sucre, El Mariscal de Ayacucho. Así se forjaron las raíces constitucionales de la Nación boliviana, por hombres y mujeres que no le pidieron nada y dieron hasta su propia vida, por liberarla del coloniaje español.
Entonces Bolivia tenía mar, y poseía otras extensiones de tierra que perdió durante guerras fronterizas promovidas por intereses de los grandes monopolios expansionistas venidos de Alemania, Inglaterra, y los Estados Unidos de Norteamérica. Sus Compañías fueron promotoras de guerras fraticidas entre Chile, Bolivia y Perú; Bolivia y Brasil; y Bolivia y Paraguay, en las que perdieron la vida miles de bolivianos, paraguayos, peruanos, brasileros y chilenos.

Bolivia es el corazón que late, que ha sufrido la inmensidad de las divisiones planeadas por los intereses foráneos sobre su aguerrido pueblo: más de 150 golpes de estado en su historia.
En los últimos años, actuaban impune Los Novios de la Muerte y asesinos nazis llegados de Europa después de la Segunda guerra Mundial, pertenecientes a las hordas hitlerianas.
Persecuciones, encarcelamientos, desapariciones, torturas, asesinatos. Inestabilidad política que acompañó el hambre y miseria de las masas desposeídas cuya dignidad y autoestima venció la discriminación, la ignorancia, y expotación a que estuvieron sometidos.
Bolivia ha sufrido por décadas una elevada mortalidad infantil y materna, y se señaló siempre por ser uno de los países de menor esperanza de vida.
Había desconsuelo y pobreza donde la riqueza natural se desborda desde las elevadas cumbres, el altiplano, hasta los grandes valles intramontanos y selvas.

Posee grandes reservas de petróleo y gas; y está considerado el cuarto productor mundial de estaño. Es abundante en cobre, plata, tungsteno, antimonio, hierro, milenium, zinc, oro, amatista y gemas. Posee el Salar de Uyuni considerado uno de los más grandes del mundo.
Su clima varía desde las nieves perpetuas, frío seco, templado, húmedo y caluroso tropical que propicia una amplia y diversificada producción agrícola y pecuaria. Produce arroz, maíz, casi todas las viandas, vegetales y frutas. Además soya, trigo, cebada, quinua, coca, papas de las que cuenta con una de las más amplias variedades del mundo, y plantas medicinales.
Posee Bolivia una importante cuenca fluvial, forma parte del desarrollo hidrográfico de la Amazonia. Varios de sus ríos son navegables, igualmente el lago más alto del mundo que es el Titicaca.

Su historia está forjada en un largo tiempo de luchas por la emancipación de su pueblo y contra la penetración del Imperio de Norteamérica en sus asuntos internos. Parió guerrillas, mártires, y héroes, asesinatos de inocentes en las minas, universidades, campo; y también luchas internas, venganzas, odio, muertes injustas.
El pueblo cansado de las humillaciones respondió con una sorprendente decisión democrática en la última elección presidencial. Hoy, los sueños de redención de los bolivianos se vuelven realidad, se pone en práctica la justicia a favor de las masas, y se realizan grandes transformaciones económicas, políticas y sociales.
Bolivia es Titicaca, Tiahuanaco, Samaipata; es el quechua, aymara, guaraní, chiriguano y guarayo. Es el Cristo de Cochabamba, la virgen de Urcupiña, el petróleo de Camiri; la vicuña, la llama, alpaca y guanaco del Altiplano. Bolivia es La Paz con sus aguayos y polleras, Sucre y Santa Cruz con su Vallegrande, Cochabamba con el Cerro de la Coronilla, Beni y su río Mamoré; Pando y su taquirari, Tarija y sus viñedos, Oruro con los mineros de Huanuni y Siglo XX. Es Potosí con su cerro de plata, saqueado. Bolivia es el carnaval de los cambas; el Ekeko y La Diablada de los collas. Es el cuñapé, el chairo, el locro, el charqui, el chuchuhuasi, el api, el tereré y el mate. Es quena, zampoña, tarka, pinkillo, y charango. Bolivia es Elsa Paz y Mario Chávez.


Bolivia es la Cantuta y el Cóndor majestuoso y ritual en las altas cumbres andinas. Es mirar la luminosidad del Illimani y las aguas del Piraí. Siempre será Bolivia corazón de Nuestra América, única, indivisible, independiente y soberana. Agradecida forma de honrar al Libertador




Sócrates

Sócrates


(Atenas, 470 a.C.-id., 399 a.C) Filósofo griego. Fue hijo de una comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado con Arístides el Justo. Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de Sócrates, aparte de que participó como soldado de infantería en las batallas de Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422). Fue amigo de Aritias y de Alcibíades, al que salvó la vida.

Sócrates

La mayor parte de cuanto se sabe sobre él procede de tres contemporáneos suyos: el historiador jenofonte , el comediógrafo Aristófanes y el filósofo Platón. El primero retrató a Sócrates como un sabio absorbido por la idea de identificar el conocimiento y la virtud, pero con una personalidad en la que no faltaban algunos rasgos un tanto vulgares.aristoteles  lo hizo objeto de sus sátiras en una comedia, Las nubes (423), donde se le identifica con los demás sofistas y es caricaturizado como engañoso artista del discurso.

Estos dos testimonios matizan la imagen de Sócrates ofrecida por Platón en sus Diálogos, en los que aparece como figura principal, una imagen que no deja de ser en ocasiones excesivamente idealizada, aun cuando se considera que posiblemente sea la más justa.
Se tiene por cierto que Sócrates se casó, a una edad algo avanzada, con Xantipa, quien le dio dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha perpetuado el tópico de la esposa despectiva ante la actividad del marido y propensa a comportarse de una manera brutal y soez.
En cuanto a su apariencia, siempre se describe a Sócrates como un hombre rechoncho, con un vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del mismo modo que se le atribuye también un aspecto desaliñado. Sócrates se habría dedicado a deambular por las plazas y los mercados de Atenas, donde tomaba a las gentes del común (mercaderes, campesinos o artesanos) como interlocutores para someterlas a largos interrogatorios.
Este comportamiento correspondía, sin embargo, a la esencia de su sistema de enseñanza, la mayéutica, que él comparaba al arte que ejerció su madre: se trataba de llevar a un interlocutor a alumbrar la verdad, a descubrirla por sí mismo como alojada ya en su alma, por medio de un diálogo en el que el filósofo proponía una serie de preguntas y oponía sus reparos a las respuestas recibidas, de modo que al final fuera posible reconocer si las opiniones iniciales de su interlocutor eran una apariencia engañosa o un verdadero conocimiento.

La cuestión moral del conocimiento del bien estuvo en el centro de las enseñanzas de Sócrates, con lo que imprimió un giro fundamental en la historia de la filosofía griega, al prescindir de las preocupaciones cosmológicas de sus predecesores. El primer paso para alcanzar el conocimiento, y por ende la virtud (pues conocer el bien y practicarlo era, para Sócrates, una misma cosa), consistía en la aceptación de la propia ignorancia.
Sin embargo, en los Diálogos de pato resulta difícil distinguir cuál es la parte que corresponde al Sócrates histórico y cuál pertenece ya a la filosofía de su discípulo. No dejó doctrina escrita, ni tampoco se ausentó de Atenas (salvo para servir como soldado), contra la costumbre de no pocos filósofos de la época, y en especial de los sofistas, pese a lo cual fue considerado en su tiempo como uno de ellos.
Con su conducta, Sócrates se granjeó enemigos que, en el contexto de inestabilidad en que se hallaba Atenas tras las guerras del Peloponeso, acabaron por considerar que su amistad era peligrosa para aristócratas como sus discípulos Alcibíades o Critias; oficialmente acusado de impiedad y de corromper a la juventud, fue condenado a beber cicuta después de que, en su defensa, hubiera demostrado la inconsistencia de los cargos que se le imputaban. Según relata Platón en la apología que dejó de su maestro, éste pudo haber eludido la condena, gracias a los amigos que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir, pues como ciudadano se sentía obligado a cumplir la ley de la ciudad, aunque en en algún caso, como el suyo, fuera injusta. Peor habría sido la ausencia de ley.