jueves, 29 de noviembre de 2012

simon bolivar en el paraguay

La idea de Hugo Rafael Chávez Frías (28-VII-1954) con sus partidarios Rafael Vicente Correa Delgado (6-IV-1963) de Ecuador; Juan Evo Morales Ayma (26-X-1959) de Bolivia; José Daniel Ortega Saavedra (11-XI-1945) de Nicaragua, y Cristina Elisabet Fernández Wilhelm (19-II-1953) de Argentina, es llevar adonde fuera necesaria las ideas antimonárquicas o antiimperialistas que Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco, más conocido como Simón Bolívar (1783-1830) predicara hace dos siglos, un "libertador" que solo llegó hasta el Perú y que en un alarde de prepotencia y poder amenazó invadir el Paraguay para liberar al botánico francés Aimé Jacques Alexandre Goujaud Bonpland (1773-1858), cautivo del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia (1776-1840), dictador perpetuo de la novel República del Paraguay, verdadero teatro de las revoluciones y cuyos orígenes emancipadores ya arrancara el 11 de marzo de 1544 con la primera revolución comunera protagonizada por las huestes locales insurrectas de Domingo Martínez de Irala (1509-1556).    

Bolívar intentó repetidamente obtener adeptos y coadjutores para ejecutar su idea de llegar hasta el Paraguay. Ante el rechazo y la negativa generalizada de los jefes y caudillos regionales que vieron pelear a los paraguayos en Ayacucho por la independencia del Perú, se quedó con la ganas. No se animó a emprender dicha aventura en soledad con su ejército, ya que la intrépida figura de un enclaustrado Rodríguez de Francia en su propio territorio infundía temor a todos, especialmente a los clandestinos, oportunistas y demagogos, quienes sufrían irremediablemente los coletazos de su alma justiciera e incorruptible.    

Los intentos de invasión quedaron en las epístolas   
El 22 de octubre de 1823 en Lima, citaba Bolívar en su carta dirigida a Francia: "El señor Bonpland puede jurar a V.E. antes de salir del territorio de su mando que abandonará las provincias del Río de la Plata, para que de ningún modo le sea posible causar perjuicio a la provincia del Paraguay, que yo, mientras tanto, le espero con la ansia de un amigo y con el respeto de un discípulo, pues sería capaz de marchar hasta el Paraguay solo por libertar al mejor de los hombres y al más célebre de los viajeros". Impertérrito Francia, ignoró al "libertador" y como respuesta le regaló el silencio y la indiferencia completa.    

De las tantas epístolas enviadas entre gobernadores y generales americanos para encontrar adeptos a la aviesa intención de Bolívar con respecto al Paraguay, rescatamos y transcribimos el fragmento de una carta escrita el 11 de octubre de 1825 en Potosí por el general venezolano Antonio José de Sucre y Alcalá (1795-1830) al vicepresidente colombiano Francisco José de Paula Santander (1792-1840) donde expresa fehacientemente: "A. S. E. el general Santander. El Libertador parece que está en el proyecto de mandar una expedición de cuerpos del Alto y Bajo Perú a tomar el Paraguay, que sabe Vd. que gime bajo el tirano Francia, que tiene aquella provincia no sólo oprimida del modo más cruel, sino que la ha separado de todo trato humano, pues que allí nadie entra sino el que gusta Francia, y acaso encarcela luego al mismo a quien ha permitido entrar. Dice el Libertador que hará ejecutar esta expedición si el gobierno argentino se la pide; mas no sé si la ha definitivamente resuelto. En el próximo correo del 27 podré acaso dar a Vd. mejores y más detallados informes".    

… Es que todavía relucía en la memoria aquella aventura porteña de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano (1770-1820) que fue para aplacar al Paraguay, pero concluyó con una catastrófica derrota en suelo paraguayo.    

El presente refleja una clara similitud con el pasado    

Así como en el pasado, hoy aparece Chávez pretendiendo dirigir al Paraguay a control remoto, presiona y subsidia a las autoridades constituidas para que Venezuela sea incluida en el Mercosur gracias a su títere, el enclenque e híbrido gobierno paraguayo, que en sus delirios y pronunciados despistes, sigue sin interpretar la esencia republicana de un Paraguay ancestral, prestándose a las maquinaciones externas y antidemocráticas que no tienen otra intención que la de inmiscuirse, cercenar y desvirtuar las profundas raíces guaraníticas.    

De ese modo, se observa que la mentalidad entre ambas "escuelas militares" resulta diametralmente distinta. Los ejércitos de los dos países son disímiles y opuestos de cabo a rabo, sus dogmas son incompatibles, sencillamente porque el "ejército bolivariano" se contrapone a las "fuerzas armadas lopezistas" de una atávica mentalidad "francialista" que tuvo su génesis en los movimientos comuneros, sobre todo en las gestas populares del mediador panameño "Caballero de Alcántara" José de Antequera Enriquez y Castro (1690-1731), el filántropo paraguayo Fernando de Mómpox y Zayas (¿?) y el procurador paraguayo (alguacil mayor) Juan de Mena Ortiz de Velazco (¿?), quienes enfervorizaron los reclamos y derechos de la población, perturbada por la inmisericorde explotación de extranjeros y perjuros como los propios "gobernadores de la corona" y prosélitos, quienes sin tapujos los acusaron de "rebelión, sedición y tumulto de la provincia del Paraguay".    

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