PROCESO DE CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO NACIONAL
JUAN PABLO ROJAS PAUL 188-1890
El cinco de julio prestó juramento
de Ley en el Congreso y de inmediato se notó un nuevo estilo político, resumido
en su mensaje inaugural: paz, legalidad, concordia. A Francisco González Guinán
le pareció esta posición similar a los gobiernos "fusionistas" (según
decía, el Nº 8 era de mal agüero, en la política venezolana: el 58, el 68, el
78 y el 88). (Aquí se habla de los años 1800) Francisco González Guinán, junto con
Fonseca y otros liberales amarillos, llamaron a J. P. Rojas Paúl
"perjuro" por no cumplir supuestos compromisos a que estaba obligado.
En el interior del país, se barrió políticamente con los liberales crespistas
en las elecciones para presidentes de Estado e incluso sectores considerados
como godos en los Andes llegaron a triunfar: Carlos Rangel Garbiras y Araujo. Joaquín
Crespo consideró todos los actos políticos anteriores como un fraude
inaceptable y amenazó con lanzarse a la guerra desde el exterior donde se encontraba;
algunos partidarios suyos se sublevaron y fueron vencidos rápidamente por el
gobierno. En vista del escaso éxito de los alzados crespistas, el jefe Joaquín
Crespo tuvo que retardar su expedición, no obstante lanzó un "Manifiesto a
los Venezolanos" que llegó a Caracas el 7-7-1888. El Presidente Rojas Paúl
mientras tanto, bajo la asesoría del político exiliado colombiano Dr. Diógenes
Arrieta, empezó a distanciarse cada vez más de los guzmancistas del
"círculo de la Adoración Perpetua" y de lo que guasonamente llamó
Rojas Paúl el "Quevedismo o guzmancismo isleño" (el General Quevedo
era Canario). El Presidente no sólo promovió algunas obras materiales como el
excelente Hospital Vargas, sino que dictó una amnistía general en beneficio de
todos los presos y exiliados por razones políticas. Otras medidas tomadas por
Rojas, lo fueron el traer gran cantidad de monjas para la atención en los
hospitales y para la educación femenina. Suprimió las delegaciones militares y
concentró las armas en los parques nacionales. Sin embargo J. Crespo prosiguió
preparando su prometida invasión desde Trinidad. Primero intentaron apoderarse
de un vapor de pasajeros, fracasaron y fueron llevados a prisión un buen número
de comprometidos. Crespo se retiró a San Thomas en su goleta a buscar un vapor
y armas compradas en Europa, pero en vista de la imposibilidad de lograrlo,
intentó venir en su propia goleta a las costas corianas y fue capturado en el
mar por un vapor de guerra del gobierno venezolano. Hecho prisionero Crespo el 2-12-1888
fue encerrado en un calabozo alfombrado y amueblado en la Rotunda (prisión de
Caracas) donde después de negociar con Rojas Paúl personalmente, aceptó su
libertad a cambio de exiliarse hasta que se le avisase la posibilidad del
regreso. Además el gobierno le compró todo el parque que había comprado en
Europa, el cual después de un accidentado itinerario pudo llegar al país. Esta
política "magnánima" de paz del Presidente Rojas no fue aprobada por
los guzmancistas que veían en ella una actitud reaccionaria, goda y fusionista.
El Año Nuevo de 1889 consiguió al país
sin presos ni exiliados; asimismo fue notorio que una buena cantidad de
contratos suscritos con capitalistas extranjeros por Antonio Guzmán Blanco no
fueron aprobados por el Congreso, cuestión ésta que molestó en grado sumo al
General Guzmán en su retiro parisino. Guzmán Blanco en una histórica carta al
Presidente Rojas resume su "Proyecto" en forma admirable: La
regeneración ha tenido tres etapas, la de la lucha, la de la organización y la
del progreso material e intelectual; esta última sólo la podría realizar si en
Venezuela existiera un gobierno que lo sepa secundar. En este documento Antonio
Guzmán Blanco, abiertamente deja ver su concepción modernizante de lo que se
llamaba "El Progreso", meta, que deja ver, que sólo se lograría bajo
su orientación y dirección estratégica, desde su privilegiada atalaya europea
que le permitía estar en contacto directo con los grandes capitanes de la
industria y la banca europea. El Presidente Rojas cambió a los jefes militares
y a algunos presidentes de Estado por gente amiga o incondicional suya.
Cumplidas las rutinas parlamentarias: sesiones, lectura del mensaje, etc. El 27
de abril, aniversario de la "regeneración", se desataron serios desórdenes
callejeros. Los grupos antiguzmancistas encabezados por los estudiantes
universitarios de Caracas llevaban la batuta de los acontecimientos. En vista
de las pugnas generadas entre los que irrespetaban las estatuas de Guzmán y los
incondicionales del "Ilustre" (Guzmán Blanco), el Presidente Rojas
tomó la firme y secreta determinación de renunciar al poder el 18 de mayo. El
gesto del Presidente provocó una crisis política que llevó a densos sectores a
pedirle que la retirara, cuestión que finalmente hizo. La decisión del
Presidente fue apoyada por una masiva manifestación popular que determina, que
de aquí en adelante Rojas rompa con su antiguo jefe y trate de hacer su propia
política. A partir del 20 de mayo se producen nuevas y ruidosas manifestaciones
en apoyo al Presidente en la Guaira, Puerto Cabello, Valencia y otras ciudades.
La consecuencia de la política conciliadora del Presidente fue que sus
ministros guzmancistas rompieran con él y se retiraran del gabinete; siendo
sustituidos por gente de mayor confianza. En Caracas las masas populares
encabezadas por los estudiantes de la Universidad derribaron las estatuas de
Antonio Guzmán Blanco, ubicadas en El Calvario y entre la Universidad y el
Congreso; además de la estatua de su padre Antonio Leocadio Guzmán en la Plaza
de El Venezolano (San Jacinto). Después de derribarlas las despedazaron a
mandarriazos y recorrieron las calles con los fragmentos como trofeo (uno se lo
llevaron de obsequio a Crespo). También arrancaron las placas, retratos y
monogramas de donde estuviesen. Y saquearon sus propiedades: casas y haciendas
en Caracas, Macuto, Valencia y otros lugares. La policía nada hizo por impedir
esta ola de furia antiautocrática. Las
mismas escenas que se vieron en Caracas se repitieron donde hubiese algún monumento,
placa, retrato o busto, todo fue destruido y saqueado. Era obvio esperar que
los amigos de Guzmán, encabezados por Francisco González Guinán, quien por
supuesto da una versión parcializada de los hechos, rompieran igual que el
mismo Antonio Guzmán Blanco con Rojas Paúl y no aceptaran la versión de éste
sobre su imposibilidad de haberlo evitado. La consecuencia final de los actos
de protesta fue, que hubo que rebautizar las avenidas, los teatros, acueductos,
escuelas, plazas, estados y todo lo que se llamase antes Antonio Guzmán Blanco.
El Congreso reunido en febrero de 1890, como estaba preestablecido, eligió el
Consejo Federal y éste a su vez eligió al Dr. Raimundo Andueza Palacio, quien
se juramentó como presidente Constitucional el 5-3-1890, produciéndose una
pacífica transmisión de mando de un civil a otro civil, por primera vez en la
Historia.
RAIMUNDO ANDUEZA PALACIO 1890-1892
Fue un civil Licenciado y Doctor
en Derecho Civil. Fue además, Presidente de Venezuela en el período
constitucional comprendido desde el 19 de marzo de 1890 hasta el 17 de junio de
1892, fecha en que fue derrocado. Quizás el hecho más resaltante de su carrera
política, haya sido la maniobra continuista que ideó con el objeto de extender
su período presidencia por dos años más (1892-1894) y que desembocó en la
irrupción del movimiento insurreccional liderado por Joaquín Crespo, conocido
como la Revolución Legalista (marzo de 1892), y que terminaría expulsándolo del
poder. Hijo de Raimundo Andueza y de Carolina Palacio. Nació en Guanare,
Portuguesa, el 6 de febrero de 1846. Estudió en el colegio de Guanare, primaria
y bachillerato, graduándose de bachiller en ciencias filosóficas en 1861. Fue
Edecán y luego secretario del presidente Juan Crisóstomo Falcón (1866), además
sirvió bajo las órdenes del general Manuel Ezequiel Bruzual durante la
Revolución Azul de 1868. El 4 de marzo de 1872 contrajo nupcias con Isabel
González Esteves, prima hermana de Belén Esteves, esposa del futuro presidente
Francisco Linares Alcántara. Andueza Palacio cursó la carrera de Derecho en la
Universidad Central de Venezuela, desempeñándose tiempo después como abogado
ante la Corte Suprema del Distrito Federal (15.4.1874). Entre 1873 y 1876 fue
diputado por el estado Aragua. Presidente del Congreso (1876) y ministro de
Relaciones Exteriores durante el gobierno de Linares Alcántara (marzo de 1877)
pronuncia el discurso de despedida a Antonio Guzmán Blanco en La Guaira, el 18
de mayo de 1877. Encargado del Poder Ejecutivo por la ausencia de Linares Alcántara
(agosto de 1877) es senador por el estado Portuguesa. Ministro de Hacienda
(1877-1878), fue postulado como candidato a la Presidencia de la República para
el período 1879-1881. Exiliado político durante los días de la Revolución
Reivindicadora (de junio a finales de 1878) ocupó nuevamente el cargo de
Ministro de Hacienda (febrero de 1879). Incorporado al Consejo de
Administración (mayo de 1879) es senador en 1880 y de 1886 a 1889.
Posteriormente se desempeñó como consejero federal por el estado Zamora y presidente
de la Cámara de Diputados (1890). Miembro del Consejo Federal por el estado
Zamora (1890), es elegido presidente de la República por dicho organismo, el 7
de marzo de 1890. Aunque constitucionalmente estaba estipulado que su período
terminara el 20 de febrero de 1892, Andueza planeó reformar la constitución con
el fin de prolongar su estadía en el poder por dos años más. Esta maniobra
continuista de Andueza Palacio provocó el surgimiento de la Revolución
Legalista liderada por Joaquín Crespo (marzo de 1892), así como la presión de
Guillermo Tell Villegas, presidente del Consejo Federal; ante tal
circunstancia, Raimundo decidió exiliarse del país (1892-1898). Luego de la
muerte de Crespo (abril de 1898), incorporándose como ministro de Relaciones Exteriores
(23.10.1899-31.7.1900) al primer gabinete del presidente Cipriano Castro.
Además de la extensa trayectoria política, Palacio fue masón en grado 33 y
canciller en el Supremo Consejo Confederado de la Masonería (1885-1888).
JUAQUIN CRESPO 1892-1896
Liderando la llamada Revolución
Legalista (marzo-octubre 1892). Una vez triunfante este movimiento
insurreccional, ocupa Caracas el 7 de octubre del mismo año y se encarga del
Poder Ejecutivo Nacional. El 16 de junio de 1893, pone ejecútese a una nueva Constitución
que establecerá en su artículo 63, la votación directa y secreta, además de
períodos de 4 años (artículo 71). En febrero de 1894, al obtener 349.447 a su
favor es electo Presidente de la República juramentándose el 14 de marzo,
gobernando hasta el 20 de febrero de 1898. Sobrio, abstemio, cojo de la pierna
derecha por herida de guerra, fiel a Misia Jacinta, no muy escrupuloso en el
manejo del erario nacional, Crespo se convirtió luego del retiro del escenario
político venezolano de Guzmán Blanco, en el jefe supremo del Partido Liberal
Amarillo y dominó la vida política de Venezuela en la última década del siglo
XIX. En 1897, apoya la candidatura del general Ignacio Andrade para las
elecciones presidenciales a realizarse en septiembre de ese año. No obstante,
la victoria de Andrade en unos comicios electorales tildados de fraudulentos,
provoca la irrupción del movimiento armado liderado por el general José Manuel
Hernández, el Mocho, conocido como la Revolución de Queipa. Por tal motivo,
Crespo en su rol de caudillo mayor decide ser el mismo el que ponga fin a dicho
alzamiento, encontrando la muerte en el sitio de La Mata Carmelera (Edo.
Cojedes) a manos de un tirador apostado en un árbol. Aunque siempre se ha dicho
que la bala que mató a Crespo provino del rifle de uno de los partidarios del
Mocho Hernández, sin embargo, un rumor no confirmado a través de la historia
asoma la posibilidad de que el proyectil que cegó la vida del "Tigre de
Santa Inés", hubiese sido disparado por un enemigo político infiltrado
dentro de sus propias filas. Como último aspecto relacionado con la vida de
Crespo, tenemos que al igual que muchos personajes importantes de la Historia
venezolana, estuvo vinculado a la masonería, siendo masón en grado 33 y Gran
Maestro del Gran Oriente. Sus restos reposan en el Cementerio General del Sur
en Caracas, desde el 24 de abril de 1898.
IGNACIO ANDRADE 1898-1899
Durante el desarrollo de las
acciones bélicas que comenzaron el 23 de febrero de 1898 y se extendieron hasta
el 12 de junio del mismo año, se produjo un suceso inesperado que afectó de
manera negativa a la correlación de fuerzas que rodeaban a Andrade, la muerte
de Joaquín Crespo. En efecto, como consecuencia de la desaparición del
escenario político de Crespo tras su deceso en la Mata Carmelera, el 16 de
abril de 1898, una gran cantidad de caudillos vieron despejado el camino hacia
el poder, incluyendo al propio general Ramón Guerra, quien en su cargo de
Ministro de Guerra había capturado al Mocho Hernández, y luego se alzó en contra
del gobierno de Ignacio Andrade. Aparte de los movimientos insurreccionales que
tuvo que afrontar Andrade, durante su gestión administrativa se experimentaron
dificultades económicas, la desconfianza de ciertos círculos políticos y una
epidemia de viruela. Finalmente, Andrade fue derrocado el 19 de octubre de 1899
por Cipriano Castro y la Revolución Restauradora, la cual triunfó sin que las
fuerzas gubernamentales hicieran un mayor esfuerzo por detenerlas. Una vez
fuera del poder, Ignacio Andrade salió exiliado hacia Puerto Rico, donde
escribió unas líneas acerca del movimiento que lo derrocó, tituladas ¿Porqué
triunfó la Revolución Restauradora?, publicadas 30 años después de su muerte
(1955). Luego de ser amnistiado (19.11.1903), sirvió al régimen de Juan Vicente
Gómez, quien paradójicamente había formado parte del movimiento revolucionario
que lo expulsó del poder; desempeñándose como ministro de Relaciones Exteriores
(1916-1917) y de Relaciones Interiores (1917-1922), en los gabinetes ejecutivos
de Victorino la Márquez Bustillos.
LA REVOLUCIÓN RESTAURADORA
El 23 de mayo de 1899 se inició
desde Colombia una invasión a Venezuela acaudillada por Cipriano Castro, la
cual tuvo como finalidad derrocar el gobierno del presidente Ignacio Andrade.
Dicha campaña militar conocida como la Revolución Liberal Restauradora o la
"invasión de los 60", representó la primera participación masiva de
los andinos en la política nacional y la finalización de la hegemonía del
Liberalismo Amarillo. Previo a su participación en este alzamiento, Cipriano
Castro estuvo exiliado durante 7 años en Colombia (1892-1899), desde donde
esperaba para asaltar el poder. En este sentido, la crisis política
experimentada por el liberalismo tradicional y el régimen de Ignacio Andrade,
permitió el desarrollo cabal del movimiento revolucionario castrista. Desde
mediados de 1898 el partido castrista del Táchira había iniciado una gran
actividad y se convierte en una célula conspirativa, al observar la fragilidad
del gobierno. Por su parte, Castro intenta entonces formar una alianza con otro
caudillo tachirense exiliado en Colombia, Carlos Rangel Garbiras, con el objeto
de coordinar una insurrección; pero, el fracaso de las conversaciones sobre el
particular lo lleva a la determinación de llevar a cabo la invasión con sus
fuerzas, en las que figuraban personajes tales como Juan Vicente Gómez, Manuel
Antonio Pulido, José María Méndez, Emilio Fernández, Jorge Bello y Pedro María
Cárdenas. En definitiva, Castro logra juntar un contingente de unas 60 personas
que invaden por la frontera colombiana el 23 de mayo de 1899, acusando al
gobierno de Ignacio Andrade de haber violado la Constitución Nacional de 1893,
la cual restauraría el movimiento castrista.
El 24 de mayo de 1899, Castro lee
su primera proclama revolucionaria y organiza un ejército de 1.500 hombres con
el objeto de marchar hacia San Cristóbal, plaza que defendía el general Juan
Pablo Peñalosa. Como una maniobra destinada a impedir la llegada de refuerzos a
la capital de la sección de Táchira, Castro decidió enfrentarse en primer lugar
a las tropas de que se dirigían hacia ella, dando como resultado 3 triunfos
consecutivos a las tropas castristas en los combates de Toconó (24.5.1899), Las
Pilas (27.5.1899) y El Zumbador (9.6.1899). Luego de esto, sitia a San
Cristóbal durante 20 días (23.6-12.7.1899), pero abandona esta posición cuando
se entera de la proximidad de un poderoso ejército de 5.000 hombres al mando
del general Antonio Fernández. A pesar de lo numeroso del ejército
gubernamental, Castro logra derrotarlo en el combate de Cordero (28.7.1899),
gracias a su conocimiento de la región y a las dificultades que ofrecía el
terreno a soldados procedentes del centro del país. Tras esta importante
victoria, Castro toma la decisión de marchar hacia Caracas por la ruta de
Mérida y Trujillo. Sin embargo, antes de salir de los Andes sale victorioso en
un enfrentamiento con el general Rafael González Pacheco en Tovar (6.8.1899), y
toma Valera (15.8.1899) donde no encontró mayor resistencia. En su ruta hacia
Caracas Castro libra el combate de Parapara (26.8.1899), en las inmediaciones
de Carora, derrotando una vez más a las tropas del gobierno y captura un cañón
Krupp. Después de flanquear la ciudad de Barquisimeto, su ejército aumenta
gracias a la incorporación de 2 batallones procedentes de los alrededores de
Nirgua, la cual sitia y captura el 9 de septiembre. Durante este trayecto hacia
la capital, las fuerzas de Castro fueron aumentando a medida que se iban
sumando a la revolución varios contingentes de partidarios del general José
Manuel Hernández, el Mocho, quien se encontraba prisionero por haberse alzado
contra el gobierno de Ignacio Andrade; lo que en definitiva resultó una alianza
clave el movimiento restaurador. Ante el avance incontenible Castro y sus
tropas, Andrade reorganizó el ejército con la intención de derrotar a éste en
un combate final. En consecuencia, sale de Valencia un contingente de 5.500
hombres al mando del ministro de Guerra y Marina, el general Diego Bautista
Ferrer, que a su vez contaba con el apoyo del general Antonio Fernández. Aunque
el ejército del gobierno tenía grandes posibilidades de derrotar a Castro, las
desavenencias entre Ferrer y Fernández, condujo a la derrota de Tocuyito
(14.9.1899), donde sufrieron 1.000 bajas. Después de vencer este obstáculo en
su marcha hacia Caracas, Castro de dirige el 16 de septiembre de 1899 a
Valencia, donde se comienzan a producir las negociaciones políticas que pronto
lo llevarán al poder.
Cuando Castro se disponía a
enfrentar en La Victoria a Luciano Mendoza, quien representaba la última
defensa del régimen de Andrade, se encontró con la sorpresa que dicho jefe
decidió desobedecer las órdenes del gobierno y no hacerle frente. Ante la
inminente llegada de Castro a Caracas, diversos emisarios enviados por Ignacio
Andrade, entre ellos el ministro de Hacienda Manuel Antonio Matos, entraron en
conversaciones con éste para llegar a un acuerdo de paz. No obstante, Andrade
al notar que sus funcionarios se estaban pasando a la causa restauradora, y que
no tenía ejército que defendiera su gobierno, resolvió marcharse de Venezuela
el 19 de octubre de 1899, mientras se encargaba transitoriamente del Ejecutivo
al general Víctor Rodríguez. Finalmente, el 23 de octubre de 1899, entra
Cipriano Castro a Caracas, iniciando el gobierno de la Restauración Liberal y
comenzado una etapa en la historia política de Venezuela.
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