“El Discurso de Angostura es la pieza oratoria más importante del
principal conductor de la emancipación sudamericana respecto del dominio
colonial español, el venezolano Simón Bolívar, quien lo pronunció, el 15 de
febrero de 1819, ante el Congreso recién instalado en la ciudad homónima
venezolana (actual Ciudad Bolívar), asamblea de la cual habría de resultar la
creación de la República de la Gran Colombia. En dicho discurso, el Libertador
se pronuncia a favor de la democracia, mantiene su preferencia por el
centralismo y se inclina por un poder ejecutivo al estilo británico. El
fragmento siguiente corresponde a las últimas frases de la alocución
bolivariana, desde las cuales expone con una magnífica expresividad el destino
de libertad e igualitarismo que augura a la nueva república”.
Indiscutible héroe de la
emancipación de América Latina respecto de España, Simón Bolívar emergió como
líder militar en innumerables combates y catalizó el proceso de conformación
política e institucional de los territorios liberados mediante la fundación de
la República de la Gran Colombia.
Discurso de Angostura.
De Simón Bolívar.
La reunión de la Nueva Granada y Venezuela en un grande
Estado ha sido el voto uniforme de los pueblos y Gobiernos de estas Repúblicas.
La suerte de la guerra ha verificado este enlace tan anhelado por todos los
Colombianos; de hecho estamos incorporados. Estos pueblos hermanos ya os han
confiado sus intereses, sus derechos, sus destinos. Al contemplar la reunión de
esta inmensa comarca, mi alma se remonta a la eminencia que exige la
perspectiva colosal que ofrece un cuadro tan asombroso. Volando por entre las
próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros, y observando
desde allá, con admiración y pasmo, la prosperidad, el esplendor, la vida que
ha recibido esta vasta región, me siento arrebatado y me parece que ya la veo
en el corazón del universo, extendiéndose sobre sus dilatadas costas, entre
esos océanos que la naturaleza había separado y que nuestra Patria reúne con
prolongados y anchurosos canales. Ya la veo servir de lazo, de centro, de
emporio a la familia humana; ya la veo enviando a todos los recintos de la
tierra los tesoros que abrigan sus montañas de plata y de oro; ya la veo
distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres
dolientes del antiguo universo; ya la veo comunicando sus preciosos secretos a
los sabios que ignoran cuán superior es la suma de las luces a la suma de las
riquezas que le ha prodigado la naturaleza. Ya la veo sentada sobre el Trono de
la Libertad, empuñando el cetro de la Justicia, coronada por la Gloria, mostrar
al mundo antiguo la majestad del mundo moderno.
Dignaos, Legisladores, acoger con indulgencia la profesión
de mi conciencia política, los últimos votos de mi corazón y los ruegos
fervorosos que a nombre del pueblo me atrevo a dirigiros. Dignaos conceder a
Venezuela un Gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente
moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga
reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar bajo
el imperio de leyes inexorables la Igualdad y la Libertad.
Señor, empezad vuestras funciones; yo he terminado las mías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario