LA PACHAMAMA EN LA
COSMOVISIÓN ANDINA
El significado más común de
Pachamama es “Madre Tierra”. “Pacha” para los pueblos quechua y aymara equivale
a tierra, universo, mundo o cosmos, tiempo y espacio. Usualmente se emplea como
significado de: “TIERRA”. Por otra
parte, “mama” significa madre que origina, que concibe la vida (“Paqarina”).
Pachamama, “Madre Tierra” o
del “Cosmos”, es el todo en su conjunto. El todo en estas tradiciones es más
que la suma de las partes (similar a la Teoría Gestáltica Psicológica). Lo que
afecta a las partes afecta al todo y viceversa (Teoría Sistémica). Pachamama
según la cosmovisión andina está presente en todo y en todas partes
(espacio/tiempo), de allí que su visión es holística (Teoría Holística), porque
en el mundo-hombre lo que incide en uno de sus elementos, afecta necesariamente
al resto. Como los órganos son indispensables en el organismo vivo, el
organismo está presente en cada uno de los órganos (interdependencia). Se trata
de un mundo comunitario y solidario en el que no cabe exclusión alguna. Cada
quién (ya sea un hombre, un árbol, una piedra) es tan importante como cualquier
otro. El holismo de la pachamama es propio de un mundo colectivista, afectado
de un sentimiento de pertenencia: uno sabe siempre que es miembro de una
comunidad con cuya pertenencia se siente íntimamente comprometido. Esta
comunidad vive en nosotros (“Ayllu”). Es así como se vive la experiencia de
unidad de la vida propia con la vida toda del mundo-humano andino.
La pachamama es definida
también como divinidad, una diosa mujer por excelencia (esposa de Tata Inti
“Padre Sol”), protectora y a la vez proveedora, la que concede la fertilidad y
favorece la fecundidad, con la cual se dialoga permanentemente por que está
presente en la naturaleza y en todo aquello que nos rodea. Para profundizar un
poco más en el significado de pachamama tenemos que revisar algunos aspectos de
la cosmovisión del problador andino.
Cosmovisión Andina y
Pachamama.
Pachamama puede concebirse
como una práctica ritualística y milenaria (“una religión cultural paralela a
la oficial”) que subsiste en los Andes peruanos, bolivianos y el norte de
Argentina. La forma y contenido de sus práctica varía según el entorno
geográfico y social. No hay una única puesta en escena de las tradiciones y
rituales de pachamama, pero hay elementos comúnes que se conservan aún la
distancia y el lugar, la colectividad (Inclusión Social) y bienestar
comunitario (“Ayllu”), la reciprocidad con la tierra (“Ayni”, cuyo tributo
principal a la tierra son las ofrendas, “pago” o “challa”); El agradecimiento y
el permiso por el uso de la tierra y las aguas (como una forma de
reconciliación con la naturaleza). La armonía con la naturaleza se evidencia
con la estrecha relación y respeto con los espíritus de la pachamama.
Parte de la reciprocidad en
el intercambio con la pachamama implica que ésta tiene necesidades, que
requiere de ciertos elementos simbólicos que nutran su apetito, algunos de los
cuales son similares a los gustos humanos (hojas de coca, tabaco, bebidas,
dulces, etc.). Según la tradición aymara, durante el mes de agosto la Pachamama
se encuentra con la boca abierta porque tiene “hambre”, en esta época se
prepara la tierra para el tiempo de cosecha, y es preciso agradecer a la
Madre Tierra por su fertilidad.
El mes de agosto se
considera como mes de la pachamama, siendo el primero de agosto en muchos
lugares el día central de su festividad. En otros lugares, la ceremonia de la
pachamama se celebra cada primer viernes de cada mes o en ocasiones
particularmente especiales (“matrimonios”, “nacimientos”, “inauguraciones”,
etc.).
Con la presencia hispánica
en el continente y la llamada “época de extirpación de idolatrías”, las
creencias animistas altoandinas e indígenas fueron prácticamente extintas. El
ritual de la pachamama es uno de los pocos paradigmas arcaicos pre-hispánicos,
que sobrevive a pesar de los intentos de clausurarla. En Perú, han contribuido
también a su desaparición las migraciones internas, de parte del poblador
andino hacia la costa peruana y hacia las ciudades en general. Este fenómeno de
las migraciones trajo como consecuencia la pérdida paulatina de los patrimonios
culturales y de lenguas quechuas/aymaras, dejando en el recuerdo prácticas
ritualísticas como de la pachamama. Por otra parte, muchos probladores
migrantes en el proceso de adaptación socio-cultural asumen como propio el
idioma español y la religión oficial católica. En el mejor de los casos, por
medio del sincretismo cultural, se asumen ambas prácticas como una forma de
simbiosis o fusión propio del mestizaje y del mosaico etnológico. Es común
encontrarnos en ceremonias de pachamama –en los apukunas-, con imágenes de
santos, empleo de la cruz y de la virgen María (“Vírgen de la Candelaria”).
Entre estos elementos no existe confrontación, pugnas de poder o egocentrismos.
No existen confrontaciones sino una forma de simbiosis pacífica (el problador
andino es pacifista por excelencia). Existe una suerte de adaptamiento cultural
que asimila y emplea dos o varios elementos como uno solo.
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